La envidia del pene

Publicado: 24 marzo, 2011 en Escritura
¿Por qué Second Life te «regala» un avatar con con todos los detalles
pero sin genitales? Nadie regala lo que se puede vender…
El tema es que visité una playa nudista en Buzios. Mi avatar era una
representación políticamente correcta de un varón (lease «como un ken
de barbie», todo liso por allí debajo).
Además de que tontamente trate de representar a mi cuerpo real
(parecia un subhumano frente a los otros cuerpos perfectos) los demás
tenían algo que yo yo. Y tenían bastante de ese algo.
Inmediatamente puse en el buscador «free penis» (se pueden imaginar
los lugares que me sugirió); recuerden que solo tengo linden us$2 en
mis bolsillos. Me teletransporté a donde me pareció más adecuado. Al
llegar, me di cuenta que era un supermercado de penes. Los que parecía
mas reales y tenían movimiento y eyaculaban y todos los chiches (había
muestras para probarlos) costaban más de Linden us$ 350. Tendría que
bailar días para conseguir ese dinero; no estoy tan desesperado
(aunque lo consideré, para que mentir).
Así que tomé dos gratis, uno para sexo vertical y otro para sexo
horizontal. Ni siquiera tienen mi mismo color de piel (parecen unas
prótesis). Tardé en aprender cómo se agregan los adefesios, para luego
darme cuenta que si uno se pone ropa encima no los cubre. Por si los
necesito para alguna «acción» (una acción sóla en realidad, con
variantes a los sumo) me parece bueno tenerlos en el inventario. Si me
voy a animar a usarlos en una playa nudista (a decir verdad, no
encontré ninguna playa con gente bañándose y asoleándose); dudo que en
las playas nudistas caminen señores con tanto «espíritu».
Seguí buscando penes gratis (que mal que suena); ahora enfocado a
encontrar un pene «en reposo» para poder usar bajo la ropa (o más como
un nudista decente -o cuanto menos, disimulado-). Llegue a un lugar
donde regalaban de todo (menos penes) y me envicié: avatar de darth
vader, de extraterrestres varios, etc. En cierto momento tenia cabeza
de conejo tapada por un casco de dragón metálico, cuerpo de mujer y
accesorios de pirata; no sabía como sacármelos. Perdí a mi alter y ego
y quedé musculoso y con pelo verde largo y abandoné mi búsqueda. La
red me había producido algo habitual en mí: ansiedad y frustración.
Si vuelvo a Second Life (ya se me paso un poco, es como la prehistoria
de la realidad virtual, algún día va a ser fantástico pero aún no
-aunque alguien lo tiene que ir probando-) me conformaré con ser un
ken. Si hace falta algo especial, tengo el inventario.
— 
(c)Héctor Horacio Otero(R)

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